29 De Enero 2013
Cada día tardo más en escribirte, no porque no tenga nada que
contarte, todo lo contrario, cada noche al acostarme te pienso, te hablo, te
imagino, te veo, hasta llegar al suspiro, un suspiro de incomodidad, de
querer y no poder.
Se mezclan preguntas, imágenes, momentos compartidos, le
doy orden e incluso yo misma intento dar respuestas a detalles tontos y preguntas estúpidas, cojo aire.... y pienso lo que realmente me dirías y la calma que ese
momento me transmite me invita al sueño otra vez.
Vienes a mi sin esperarte, sin buscarte apareces otra vez, y suspiro… intento agarrarme a ti y adentrarte en mi sueño sin llegar a conseguirlo, me muevo, me siento incomoda, respiro… respiro paciente y sigues conmigo, te hablo, te hablo tanto que si quedara escrito te culminaría de aburrimiento, sigo intentando conciliar el sueño contigo en mi mente, sigo intentado atraparte y soñarte.
Vienes a mi sin esperarte, sin buscarte apareces otra vez, y suspiro… intento agarrarme a ti y adentrarte en mi sueño sin llegar a conseguirlo, me muevo, me siento incomoda, respiro… respiro paciente y sigues conmigo, te hablo, te hablo tanto que si quedara escrito te culminaría de aburrimiento, sigo intentando conciliar el sueño contigo en mi mente, sigo intentado atraparte y soñarte.
Hace mucho tiempo que no te sueño, creo incluso que los puedo
contar con los dedos de una sola mano, son tan pocos los que he tenido que podría
describírtelos, aunque tengo que decirte
que cuando tú estás me parece todo tan real que se me parte el alma cuando me desvelo.
Esta noche al acostarme esperaré tu visita para poder llevarte conmigo
a mis sueños.
No tardes mucho...
Un beso, hasta mañana.